domingo, 31 de mayo de 2009

¿FELIZ? Cumpleaños

Atrás quedaron los cumpleaños con los bikinis de tranchete y jamón York; el típico amigo que pringaba los panchitos en la bebida; los mix de cola, naranja y limón en un mismo vaso; la piñata...

Las madres descuidaban nuestra alimentación sólo en ese día especial y luego te cantaban el “y que cumplas muchos más”. Con esas merendolas tan dañinas, cualquiera lo diría.

Tu madre te obligaba a decirle a cada niño que venía con un regalo: “no hacía falta que me trajeras nada, pero muchas gracias”. Y luego era ella la que decía que en vez de dos botes de colonia “Chispas”, podían haberte comprado unas bragas. ¿En qué quedamos? los adultos son unos egoístas que se ahogan en las apariencias, pensaba yo con diez años.

Hoy cumplo 24. Tengo que soplar todo un santuario cuando tengo los pulmones atrofiados de fumar; comerme la tarta que me supondrá un régimen de tres días; dar las gracias por la felicitación a personas que ni sabía que existían gracias a las nuevas tecnologías que están para recordarle a todo el mundo que hoy, es mi día especial.

La frase ¡qué mayor eres! ya no sienta bien. Y menos cuando te la dice tu abuela aunque sea con todo el cariño del mundo. Los regalos dejan de ser sorpresa teniendo en cuenta que a mediados de mayo, tus amigos empiezan a preguntarte si te gusta cada cosa que ves en un escaparate.

En este 24 cumpleaños, los invitados se han reducido a la mitad y la única piñata es mi cabeza.

martes, 26 de mayo de 2009

Cómo ganarle el juicio a la vida

La vida no deja de recordarnos quién es. Sus situaciones embarazosas, nos obligan a sentirnos de nuevo como fetos rodeados de un líquido amniótico con sabor amargo.

Volvemos a ser débiles, indefensos y dependientes, atados a su mejor aliado: un cordón umbilical que nos envuelve el cuello, ejerce presión en las anginas y además se empeña en enseñarnos a base de golpes, como en la vieja escuela, sin que nadie denuncie este modo de aprendizaje.

Y lo peor es que el cordón umbilical post parto parece impune e inmortal cuando se adueña de nosotros. Pero la Ley se las sabe todas y por eso, el Ordenamiento Jurídico establece dos modos de afrontar el juicio:

Caso 1:
Hacer con él un nudo doble ocho, lanzarnos a hacer puenting, chillar fuertemente sin que nadie nos oiga haciendo volar las preocupaciones que se acumulan en la suela del zapato y que nos hacen arrastrar los pies.
Después pisar tierra, echar la vista atrás y ver como en el cordón se queda colgado, ahorcando nuestra agonía.

Caso 2:
Practicarle el nudo cabeza de turco y perseguir la madeja infinita que arrastra tras de sí un arsenal de costura compuesto por: un dedal para cubrir la huella de identidad desgastada por el poco tacto de la vida y una aguja con la que nos desangramos intentando probar una y otra vez que se trata de una pesadilla.

¿Ocultar las preocupaciones y engañarnos como si nada ocurriera o enfrentarnos a ellas y hacerlas volar?

La elección sería fácil si no fuera porque la vida tiene de vida, lo que la justicia de justa.

martes, 12 de mayo de 2009

¿Quién soy?




Humo de alcantarillas, chimeneas, fumadores de pipa y perritos calientes.
Con rasca cielos, con rasca y gana, con rasca y pica. Donde no se juega a qué forma tienen las nubes, sino a vivir en ellas y las estrellas no se miran, se dibujan en el suelo.
Donde las pisadas se confunden, los neumáticos se funden y los tacones se clavan en los dientes de cocodrilos.
La ciudad que nunca duerme, pero que persigue el eterno sueño americano. La de las contradicciones y las adicciones.
La de las calles pintadas de luces, la del “boogie-woogie”. La ciudad que es eterna y de usar y tirar. La de sin más ley que la de ser uno mismo. La de la quinta, la sexta, la séptima, la del infinito. Con luces de neón por vena, sudor de Poca Cola, bolsos forrados de piel y carteras desnudas.
De locales de expresionismo abstracto, contenedores “Ready made”, pistolas a sangre fría y sopa caliente de tomate Campbell. Una maqueta a brochazo de bombilla desde el Empire State.
Donde se desayuna con diamantes y se cena una hamburguesa, donde los escaparates compiten con Victoria Beckan, las galerías se mudan cada día de pared y el “imagine” aún resuena.

domingo, 10 de mayo de 2009

Si fuera Mr. Potato...


Colocaría mis labios sobre los tuyos, una oreja al lado de tu nariz para sentir tu respiración y la otra junto a tu boca para notar tu aliento sobre el cartílago.
Después colocaría mi nariz en tus mejillas para hacerte cosquillas, y un ojo en tu frente para leerte el pensamiento.
Luego saldríamos a la calle y correríamos hasta el Himalaya sin detenernos. Me agarraría a tu mano para no tropezarme, dejándome guiar por el ojo que compartimos.
Allí no seríamos monstruos con la cara desfigurada. Tú serías un Dios, y yo al fin, tendría fe en una religión.
Nos quedaríamos allí, infinitamente, sin tierra, ni agua, ni aire, ni luz, ni espacio, ni límites, ni tiempo sin límite, ni ideas, sin este mundo, ni aquél.
Y el nirvana se quedaría corto.