martes, 28 de abril de 2009

un martes con fiebre de sábado noche

Mientras estas letras están impresas desde unas yemas a temperatura de 39 grados, mi mente tiiii rii taaa. El médico me ha dicho que no es más que una gripe y que se cura con reposo. Pero mi reposo es tu pecho y ya te has ido. Lo único que me queda es la silueta de tiza que pinté en la pared de mi cama mientras hacías que dormías.
Justo cuando te marchaste mientras yo hacía que dormía, empezaron mis síntomas.
Me he acercado tantas veces a esa línea imaginaria en estos dos días que poco a poco me la he ido esnifando. Eso es lo que me ha provocado la fiebre y mis delirios. Por eso hoy mis, palabras, están, cansadas, febriles, atizadas.

La próxima vez, te dibujaré con un rotulador permanente. Me evitaré el exceso de temperatura y el tener que hacer esfuerzos para recordar a qué altura estaban dibujados tus labios.

lunes, 20 de abril de 2009

Coloreando el final de trayecto

"Cariño, es sólo que mi ticket de ida está caducando y ya no puedo renovarlo. El tuyo está nuevo y te quedan muchas paradas por descubrir. Quiero que dejes de llorar y escuches atentamente los trucos que has de conocer para ser un viajero ejemplar:

No busques siempre el camino con menos trasbordos. El trayecto más fácil no siempre conduce hacia el destino correcto. Contempla todas las posibilidades siguiendo el plano de colores que sabrá dibujar tu corazón. Cuando el camino te resulte aburrido, intenta disfrutar de tus compañeros de vagón: habla, sonríe, observa y comparte con ellos algo más que el asiento de al lado. Si no te interesa lo que ves, cámbiate de sitio. Nada te lo impide. Llegarás igualmente al mismo destino y el recorrido te habrá convertido en una mejor persona.

No seas impaciente por reunirte conmigo y conoce el máximo de paradas posibles para contármelas cuando nos reencontremos. No quiero que te pierdas ningún detalle así es que vete siempre con los ojos muy abiertos.

Y lo más importante: A veces el recorrido es duro pero siempre termina con una luz al final del túnel ¿La ves? Lo importante no es buscarla, sino verla. No la pierdas de vista. Yo seré tu brújula y te iré dibujando todas las coordenadas en el cielo. Tienes que ser fuerte y recordar que mamá emprenderá tu mismo viaje sólo que en un vagón muchíííííísimo más rápido que el tuyo"

El niño se conformó con la explicación mientras su madre giraba la cabeza hacia la ventanilla en un intento de ocultar la lágrima que estaba apunto de asomar. Me hubiera encantado presentarme como una de sus compañeras de viaje pero mis palabras no fueron lo suficientemente fuertes para derribar el nudo de mi garganta.

(relato finalista en el concurso de relatos cortos del TMB: http://relatscurts.tmb.cat/aspx/ca-ES/relats.aspx?srch=guiomarsanchez

viernes, 17 de abril de 2009

ALARMAAAAAAA



Hace mucho que no escribo, y no por falta de ganas, sino de tiempo.

El tiempo es valioso pero deja de serlo cuando lo perdemos en banalidades. A veces me gustaría parar las agujas, detener un momento que valga la pena y meterlo en formol. Pero no hay tiempo, y lo peor, no hay instantes que lo merezcan.

Don tiempo no entiende de esperas, no hace colas. Sólo pasa pintando una raya continua para que nadie le adelante. No marca las horas sino el territorio donde tú yo nos movemos al ritmo que a él le gusta. Es la nueva tictacdura que nos lava el cerebro extendiendo su propaganda a través de relojes que ya ni miramos porque llevamos el cronómetro inyectado en vena.

El tiempo es también arte, porque no deja de crear segundos. El problema es que la obra, en ocasiones, pasa inadvertida.

Si el tiempo es oro, quiero ser pirata sin parche en el ojo, para no perderme nada y vigilar bien mi tesoro.