Ella se dejó absorber por uno de los asientos del autobús nocturno embriagado de una atmósfera etílica. Sus pestañas, sus uñas y hasta su sombra le pesaban.
A punto estaba de bajar las persianas cuando la paradoja visual captó su atención. Un hombre con los botones mal abrochados formando una camisa asimétrica (sin ningún propósito de ir a la moda), dormitaba con la cabeza apoyada sobre un ramo de rosas.
Pensó en aquel individuo destrozado y en lo desagradecida que había sido la destinataria de las flores. Discretamente, se inclinó a leer la tarjeta que suplicaba un perdón: no volverá a ocurrir.
Mientras los pétalos se dejaban caer al ritmo de la respiración, víctimas de una halitosis provocada por una lengua de papel de lija empapada de humillaciones y reproches, la joven sonrió satisfecha al darse cuenta de que en algún lugar, una mujer había desenmascarado la mentira de las palabras que se habían convertido en su verdad más deseada: no volvería a ocurrir.
Ese señor emprendió un camino cualquiera, sin maleta pues su conciencia ya le pesaba bastante.
Su mujer tomó un destino concreto: dirección libertad, parada felicidad.
A punto estaba de bajar las persianas cuando la paradoja visual captó su atención. Un hombre con los botones mal abrochados formando una camisa asimétrica (sin ningún propósito de ir a la moda), dormitaba con la cabeza apoyada sobre un ramo de rosas.
Pensó en aquel individuo destrozado y en lo desagradecida que había sido la destinataria de las flores. Discretamente, se inclinó a leer la tarjeta que suplicaba un perdón: no volverá a ocurrir.
Mientras los pétalos se dejaban caer al ritmo de la respiración, víctimas de una halitosis provocada por una lengua de papel de lija empapada de humillaciones y reproches, la joven sonrió satisfecha al darse cuenta de que en algún lugar, una mujer había desenmascarado la mentira de las palabras que se habían convertido en su verdad más deseada: no volvería a ocurrir.
Ese señor emprendió un camino cualquiera, sin maleta pues su conciencia ya le pesaba bastante.
Su mujer tomó un destino concreto: dirección libertad, parada felicidad.
impresionante... sin palabras. realmente bueno. y la foto muy acertada, me gusta mucho!!
ResponderEliminarestoy de acuerdo, sobre todo por la cantidad de "antitesis" que lleva eso de "no volverá a ocurrir" ;P me ha gustado ;P un saludo!
ResponderEliminarhala! q giro de guion! si me estaba hasta dando pena el hombre!
ResponderEliminarmuy contextualizado viendo las fechas que se acercan ;D
copy con arte! jajaja gracias por el comentario, espero poner otras cositas que ya están hechas pero no se si han llegado a salir ;P
ResponderEliminarun saludo!
ei! gracias por pasarte por mi blog. Espero que lo sigas haciendo!
ResponderEliminarYo tb alucine con tanta verdad en el video de "proteccion solar" ;)
chao pescao